domingo, 20 de mayo de 2007

Expediente X

El otro día iba en el tren y estuve a punto de ser testigo privilegiado de un Expediente X. Os pongo en situación:
8:00 am. Tren Sevilla-Málaga. El revisor entra en el vagón y se hace el silencio. Todos los pasajeros van mostrándole sus billetes y él los toma cuidadosamente, revisa la fecha, el asiento y los agujerea con delicadeza, devolviéndolos sin perder tiempo a sus poseedores. De repente es el turno del señor que se sienta en la fila anterior a la mía. Traje de chaqueta, portátil y pinta de ir a alguna reunión importante. El revisor coge su billete y en ese momento el hombre le susurra: "Estamos rodeados". Me dió un vuelco el corazón. Tuve la sensación de que en cualquier momento iba a irrumpir en el vagón el crédulo agente Mulder con la intención de detener a algún ser de otro planeta. Pero pronto la sorpresa dió paso a la desilusión, en cuanto ví un pequeño escudo del Betis en la solapa del revisor y me dí cuenta de que el vagón estaba lleno de sevillistas que se dirigían a Málaga para coger su avión hacia Glasgow. De un plumazo me ví de vuelta a la realidad. Menos mal que, en pequeños instantes, en la vida nada es lo que parece...

sábado, 5 de mayo de 2007

Cambio radical

Pues no, no voy a ir al programa de Teresa Viejo porque lo mío es un cambio radical de ánimo, y eso no lo arregla ni el mejor cirujano plástico televisivo.

El caso es que parece que por fin aquel vendedor de enciclopedias se largó y me ha dejado descansar un rato en el sofá de las buenas ideas. Y es que tanta tristeza vital no iba conmigo, así que le he echado valor, he entrado en el vestidor del alma y me he puesto el traje de los domingos. Eso sí, ahora he pasado a una fase de nerviosismo descontrolado y actividad con desenfreno que me mantiene a base de tilas y conciertos. De momento me tomo un descanso anímico, un par de valerianas y me lanzo al vacío de la vida social y cultural sevillana. Algo bueno habrá por descubrir, digo yo...