martes, 17 de abril de 2007

Tristeza

A veces la tristeza entra en tu vida como un vendedor de enciclopedias. De repente se cuela y se sienta en tu sillón y tú no sabes muy bien por qué le has abierto la puerta. Menos mal que sabes que si aguantas un rato sin comprarle nada, sin darle ni un atisbo de esperanza a sus ansias de atraparte, al final se acaba yendo sin dejar rastro. Y el momento en el que vuelves a cerrar la puerta respiras de nuevo un poco de felicidad.

Hoy parece que el vendendor está más cerca de la puerta de salida. Prometo no comprarle nada, a ver si me deja pronto en paz.

jueves, 12 de abril de 2007

Autopista


Un encuentro aparentemente fortuito pero discretamente premeditado. Una señal intencionadamente interpretada. Un giro inesperado que deshace el tiempo y el espacio. Y finalmente, de nuevo, la terrible sombra de la indiferencia.


Ya no quiero viajeros que paren en mi estación de servicio. Quiero compartir autopista, sentir el vértigo de la velocidad, conversar durante el viaje sin parar a repostar y que cuando el camino se bifurque me quede la sensación de haber dejado huella... y da igual lo que dure el trayecto...