martes, 17 de abril de 2007

Tristeza

A veces la tristeza entra en tu vida como un vendedor de enciclopedias. De repente se cuela y se sienta en tu sillón y tú no sabes muy bien por qué le has abierto la puerta. Menos mal que sabes que si aguantas un rato sin comprarle nada, sin darle ni un atisbo de esperanza a sus ansias de atraparte, al final se acaba yendo sin dejar rastro. Y el momento en el que vuelves a cerrar la puerta respiras de nuevo un poco de felicidad.

Hoy parece que el vendendor está más cerca de la puerta de salida. Prometo no comprarle nada, a ver si me deja pronto en paz.

3 comentarios:

Unknown dijo...

No te pongas profundona ¿eh? A ver si vamos a acabar todos en un manicomio. Venga, aaa otra cosa mariposa.

¡Ese bajo ahí!

Anónimo dijo...

Muy buena la personificación de la tristeza, suena a relato un poco esquizo, mu bueno. Y lo mejor lo de ignorarlo,buena técnica,QUE LE DEN!
Respecto a lo de la vuelta a Sevilla, me pongo místico y cito al tao te king (biblia del taoismo) en inglés , que es cómo lo leí en la portada de un disco de vangelis:

"Going on means go far,
go far means returning."

Ahí lo llevas. un besito.

su dijo...

Aisss!

Qué haría yo son vosotros!