Pues no, no voy a ir al programa de Teresa Viejo porque lo mío es un cambio radical de ánimo, y eso no lo arregla ni el mejor cirujano plástico televisivo.
El caso es que parece que por fin aquel vendedor de enciclopedias se largó y me ha dejado descansar un rato en el sofá de las buenas ideas. Y es que tanta tristeza vital no iba conmigo, así que le he echado valor, he entrado en el vestidor del alma y me he puesto el traje de los domingos. Eso sí, ahora he pasado a una fase de nerviosismo descontrolado y actividad con desenfreno que me mantiene a base de tilas y conciertos. De momento me tomo un descanso anímico, un par de valerianas y me lanzo al vacío de la vida social y cultural sevillana. Algo bueno habrá por descubrir, digo yo...
sábado, 5 de mayo de 2007
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2 comentarios:
Lo mejor de estas épocas de cambio es que te empujan a reflexionar y tirar por nuevos caminos que en otro caso no se te ocurriría tomar, y he notado que lo que dices y cuentas ahora transmite mucho, no dejes de ser sincera, que los de tu especie andan en riesgo de extinción ;)
Gracias guapa!!!
:-)
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