viernes, 2 de septiembre de 2005

Agosto de miedo

Al final los días tranquilos en playas onubenses se tranformaron en una vorágine de kilómetros, risas y cariño que va a ser muy difícil de olvidar. Ha sido un agosto de miedo. Miedo a estar siempre de paso en todas partes, a querer más, a dejarme llevar sin rumbo, tomando las riendas sólo lo suficiente para no perderme. Miedo a no dejar de escapar, de buscar, de vivir... Al fin y al cabo, de eso se trata... ¿o no?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lavin, hacía mucho q no te leía yo ¿eh?... no tengas miedo mujer... q los miedos no son buenos! :D