Flequillo

Ayer me corté el flequillo. Yo a mí misma, con mis tijeritas para diestros y mi zurdez congénita, que tiene mucha más dificultad. Y no fue sólo un corte de pelo. Fue un pequeño detalle de mujer valiente que sortea las dudas cotidianas con ataques de seguridad vital. Total, lo peor que puede pasarme es una visita urgente a la peluquería, que tampoco es para tanto...